Afanosos
"Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias"
Filipenses 4:6
Reflexión: La oración es uno de los más bellos regalos que nos ha otorgado nuestro amado Padre. La oración nos acerca a Dios, pues constituye un canal de comunicación directa con Él. Es un gran privilegio que el Creador del cielo y de la Tierra, que nos dio vida y nos creó este mundo tan maravilloso quiere que nos acerquemos a Él, quiere que podamos hablar libremente sin intermediarios, porque nuestro Padre nos ama y como todo buen padre quiere tener una relación cercana con sus hijos, por eso Él mismo nos invita a orar, nos abre los brazos para que nos acerquemos y nos brinda todo su apoyo pues siempre quiere ayudarnos como lo vemos en Filipenses 4:6.
La oración debe ser de regocijo para todos, porque por medio de ella podemos desahogar nuestras penas, buscar el consejo y la sabiduría divina; por medio de ella podemos hablar con nuestro Padre, vemos su bendición, nos transformamos, nos liberamos de toda atadura, vicio, pecado que no nos deja vivir, dejamos nuestras cargas en manos del Señor y somos limpios, perdonados y amados. Cuando oramos somos fortalecidos, nuestra fe se hace más fuerte, nos llenamos de confianza y esperanza, nos sentimos liberados de cualquier sentimiento que nos oprima y nos sentimos escuchados, porque nuestro Padre siempre está ahí para oír a sus hijos tal y como nos lo ha prometido.
Orar simplemente debe constituir un gozo para nosotros, debe llenarnos de alegría, porque vamos a hablar con nuestro Padre Celestial, amigo y consejero, que ha dado todo por nosotros y que siempre está ahí cuando lo necesitamos. Orar debe ser un deleite para cada uno porque por medio de la oración recibimos el alimento diario, el Pan de vida y disfrutamos de la presencia del Padre. Jehová no nos quiere lejos de Él, por eso no creó muros entre nosotros, Jehová es accesible para todo el que lo busque. Acerquémonos al Padre confiados de que nos escucha pues nos lo ha prometido, dejemos todas nuestras angustias delante de Él, pero tampoco nos olvidemos de agradecerle por su infinito amor y misericordia. Dios te Bendiga.